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Los manglares mexicanos y su interacción con el agua

11/02/2018 - 12:00 am

El cambio de uso de suelo para desarrollo turístico, agrícola, acuícola, ganadero y urbano, la tala inmoderada, junto con la descarga de aguas negras, la llegada de contaminantes como pesticidas y derrames de petróleo, han tenido como resultado en la pérdida de cerca del 50 por ciento de los manglares del mundo en los últimos 50 año

Redacción Agua.org.mx

Ciudad de México, 11 de febrero (SinEmbargo/Agua.Org.Mx).– Los bosques que conforman los manglares tienen un papel fundamental en los sistemas costeros en los que se encuentran.  Albergan una gran diversidad de especies, son barrera de protección ante fenómenos meteorológicos extremos, evitan la erosión, son necesarios para mantener la productividad de la industria pesquera, permiten la conectividad con otros ecosistemas y funcionan también como repositorios de agua y reguladores de su calidad.

Los arboles de mangle, capaces de crecer en suelos sumergidos en agua salina, son los protagonistas del ecosistema de manglar. De acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (Conafor), México es el cuarto país con mayor extensión de manglares en el mundo, con más de 750 mil hectáreas estimadas en 2010. Los manglares se encuentran en los 17 estados costeros del país, en la península de Yucatán es donde hay más.

Los manglares interactúan con el agua de diversas formas. En principio, almacenan agua que puede infiltrarse para recargar el acuífero. Bajo sus raíces se inmoviliza una gran cantidad de materia orgánica y sedimentos, debido a lo cual se constituyen como filtro biológico que atrapa todo tipo de contaminantes como aceites, metales pesados, compuestos utilizados en fertilizantes o plaguicidas del agua de los ríos, antes de que contaminen el mar u otros cuerpos de agua.

Los servicios que prestan son difíciles de monetizar, pero distintas valoraciones señalan que en términos económicos es más factible la conservación del ecosistema, que invertir en costosas plantas de tratamiento o infraestructura destinada a hacer lo que los manglares hacen de manera natural.

El cambio de uso de suelo para desarrollo turístico, agrícola, acuícola, ganadero y urbano, la tala inmoderada, junto con la descarga de aguas negras, la llegada de contaminantes como pesticidas y derrames de petróleo, han tenido como resultado en la pérdida de cerca del 50 por ciento de los manglares del mundo en los últimos 50 años, según estimaciones de The International Blue Carbon Initiative.

Según datos de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), entre 1970 y 2010 se perdieron 91 mil 631 hectáreas de manglar en nuestro país.

Infografía: Agua.org.mx

Un ejemplo se vivió en 2016 con la devastación del manglar Tajamar en Cancún, Quintana Roo, cuando las cerca de 60 hectáreas compuestas por diversas especies de Mangle (Rojo, Blanco, Negro y Botoncillo), así como por Palma Nakax y Palma Chit, fueron desmontadas para darle paso a la construcción de un centro comercial. La presión social logró la cancelación de este proyecto, sin embargo, el daño al ambiente ya estaba hecho.

Te invitamos a reflexionar sobre los servicios ambientales que este ecosistema ofrece, es necesario destacar su importancia y dejar de considerarlos como simples vertederos. Más allá de monetizarlos, es importante crear una verdadera conciencia de sus funciones y beneficios sociales y ecológicos.

Desde 2008, el Fondo para la Comunicación y Educación Ambiental ha desarrollado un proyecto de recuperación de manglar y selva baja, restaurando hasta ahora más de 1 050 hectáreas de manglar en Tuxpan y Alvarado, Veracruz. Entérate aquí.

Te invitamos a consultar más información sobre los manglares en esta liga.

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